martes, 23 de marzo de 2010

LAS CATARATAS DE SANGRE. FENOMENO EN LA ANTÁRTIDA, EL SEXTO CONTINENTE

(AL FINAL, HE INSERTADO UN VÍDEO DE LAS CATARATAS DE SANGRE)

Debo reconocer que a mí todos los asuntos de fenómenos paranormales siempre me han atraído. Ya desde joven me empezó a cautivar el tema ovni, seguido de los misterios del Tibet a través de las lecturas del misterioso lama Lobsang Rampa del que conservo todos sus libros. También asistí con mi primo Paco a alguna charla de la Sociedad Española de Parapsicología coincidiendo con la mili en Cartagena, mi ciudad.

Existen unos fenómenos que no considero paranormales sino que tienen una sólida explicación del porqué se producen, lo que pasa es que somos como somos y cada uno ve la historia como le interesa o su cultura le permite.

Por ejemplo, tenemos Cristos que manan sangre, Vírgenes que derraman lágrimas, sangres sólidas que se licúan, cuerpos que se mantienen incorruptos con el paso del tiempo, etc...
Ahora quiero comentaros la última noticia que ha llegado hasta mí. Pues aunque es sorprendente y tiene su explicación, no deja de ser atractiva, maravillosa y cautivadora.

Se trata a simple vista, de "¡unas cataratas que manan sangre!" y el marco es en la Antártida, el sexto continente.




Pinchar la imagen y se ve mejor



La Antártida es una masa continental que ocupa el Polo Sur geográfico de nuestro planeta, y hasta hace 160 millones de años estuvo unida a la India, África, Australia, Nueva Zelanda y Sudamérica, formando el supercontinente llamado Gondwana. La Antártida es el cuarto continente más grande, después de Asia, América y África.












Es el continente más elevado de la Tierra, con una altitud promedio de 2.000 m. Alberga alrededor del 80% del agua dulce del planeta.






Tiene un volcán activo, el monte Erebus (3.794 m). El punto más alto del continente es el Macizo Vinson (4.892 m).
Campamento científico y Glaciar Taylor con mancha roja a la izquierda


El espesor medio del hielo que cubre el continente es de 2.500 m; el máximo espesor registrado es de 4.776 m, lo que equivale a casi 5 km de hielo.





Tras una breve descripción de la Antártida, pasamos al tema en cuestión.






¡LAS CATARATAS DE SANGRE DEL GLACIAR TAYLOR!

En la cara frontal del Glaciar Taylor en la Antártida, hay una catarata de hielo que se tiñe de un rojo intenso parecido al color de la sangre cada vez que mana agua salada. La región es una de las mas extrañas del mundo, y algunos científicos incluso creen que en el lago que origina la cascada pueden existir microorganismos extraterrestres, adaptados a la vida en lugares inhóspitos y carentes de oxígeno.

Una de las más sugestivas maravillas naturales presentes en la Antártida son las Cataratas de Sangre. Desconocida por casi todo el mundo, se trata de una fuente de agua salada que posee un intenso color rojo que ocasionalmente emana del Glaciar Taylor. La cascada se encuentra en la región de los Valles Secos, un sector de la Antártida que tiene la particularidad de estar desprovisto de hielo, y al que muchos consideran uno de los desiertos más extremos del mundo, ya que prácticamente nunca llueve en ese lugar. Pero a pesar de que no está cubierto por los hielos, en los Valles Secos se encuentran varios glaciares, cada uno de ellos con su composición química particular. Mientras que algunos están compuestos por hielo originado a partir de agua dulce, otros como el glaciar Taylor son de agua salada.


Para los científicos el origen exacto continúa siendo un misterio. Los análisis demuestran que el color rojo que tiñe a las Cataratas de Sangre se debe "a la acumulación de óxido de hierro en las sales del agua del glaciar, pero se ignora su procedencia". De hecho, en ningún otro glaciar de agua salada se produce un fenómeno semejante. Una de las teorías que más probabilidades tiene de convertirse en una explicación satisfactoria es la que dice que "hace varios millones de años el valle en el que se asienta el Glaciar Taylor fue inundado por el mar".

Cuando el clima del planeta cambió, el mar volvió a retirarse, dejando el valle ocupado por un gran lago de agua salada. A medida que el Glaciar Taylor fue avanzando, los depósitos de sal acumulados a lo largo de millones de años debajo de los casi 400 metros de hielo llegaron finalmente hasta el borde del glaciar. Los iones ferrosos que contiene la sal provienen de unos cinco millones de años atrás.

El Glaciar Taylor no se encuentra congelado en su totalidad, sino que “flota” sobre una salmuera que posee una concentración de sal cuatro veces superior a la media de los océanos terrestres. La presión ejercida por la masa de agua congelada hace que esta sal sea expulsada, adquiriendo el color rojizo característico que posee cualquier mancha de óxido de hierro al mezclarse con el oxigeno de la atmósfera.



¡HAY VIDA BAJO EL GLACIAR!

Pero además el Glaciar Taylor guarda otra sorpresa, pues los científicos han descubierto que pese a las inclementes condiciones reinantes en las Cataratas de Sangre, un rincón del mundo


Científico sobre la "sangre" del Glaciar Taylor.


asolado por fríos intensos, precipitaciones mínimas y dentro de un lago saturado de







hierro y azufre, "los análisis químicos y biológicos indican que hay un extraña colonia de bacterias viviendo bajo los hielos. Son seres capaces de metabolizar los iones de azufre y hierro y que viven prácticamente sin oxígeno. Jamás se había observado en la naturaleza un proceso metabólico mediante el cual microbios fuesen capaces de utilizar un sulfato como catalizador para “respirar” iones férricos y metabolizar la materia orgánica microscópica atrapada en este compuesto químico". De acuerdo a un estudio publicado por la revista científica Nature, estas bacterias han estado aisladas del mundo exterior por más de un millón y medio de años, creciendo y multiplicándose a pesar de las condiciones climáticas, sin necesidad de la luz solar ni del oxígeno.







¿UN METEORITO?


Y como siempre y ante la falta de argumentos probatorios, aparecen algunos, más osados, y especulan con que el origen de estas colonias de bacterias pudo haber sido algún meteorito por lo que se trataría de una verdadera población extraterrestre. Pero lo cierto es que no hay ninguna prueba concreta por el momento que apoye esa teoría. Sin embargo, el descubrimiento de las bacterias en las Cataratas de Sangre obliga a la ciencia a redefinir cuáles son las condiciones necesarias para que la vida florezca y se desarrolle. Las expediciones científicas que visitan el continente antártico seguramente terminarán develando el misterio.





Mientras tanto, no podemos evitar sentir una especie de terror subyugante al ver el espectáculo de las increíbles "Cataratas de Sangre de la Antártida".

AQUÍ TENÉIS UN VÍDEO DE ESTAS CATARATAS






Espero os haya gustado este tipo de relatos, pues viene bien distraernos algo en el ajetreo diario, y no todo es trabajar.

jueves, 18 de marzo de 2010

ANDARES

Desde hace algo más de dos años, vengo realizando la actividad diaria de andar. ¡La verdad es que nunca imaginé que acabaría andando tantos kilómetros!. Calculo que cerca de 2.000 kms. anuales

Todo comenzó con una baja de enfermedad por motivos de estrés cuando aún trabajaba en mi empresa anterior. Más o menos "el estrés es la respuesta de nuestro cuerpo a condiciones externas que perturban el estado de una persona". Así que empecé a andar con mi amiga la radio escuchando los distintos programas informativos y música. Enseguida vino el cierre de la empresa.

Estuve dos meses "trabajando para el Estado", y por supuesto no hacía nada: "estaba parado". Pero mi cabeza me decía que tenía que andar, ¿adónde? Daba igual, el caso era andar y éso hice.

Empecé a hacerlo por la mañana temprano, ya que me seguía despertando sin despertador como cuando iba a trabajar. Era primavera. Para las 7:00 a.m. ya estaba en la calle. Para el mediodía repetía salida y si al caer el día podía, pues lo volvía a hacer.
Enseguida me dí cuenta que perdía kilos a porrillo. ¡Ésto era la leche, Merche!

Rápidamente encontré trabajo, pero como entraba a las 9 de la mañana y seguía despertándome temprano pues seguí saliendo a la calle. Así que a las 7 me iba a La Mejana y en 1 hora estaba de vuelta para arreglarme, desayunar e irme a trabajar.

Era feliz. Me gustaba andar, hacía ejercicio, perdía kilos y me sobraba tiempo para ir al trabajo a 5 minutos de mi casa andando. ¡Por primera vez en mi vida iba a trabajar andando!
Cuando salía a la calle ya era de día. Al vivir encima de la Oficina de Empleo, lo primero que veía ya a las 7 era a "los parados madrugadores" haciendo cola. Primero abundaban los extranjeros, pero enseguida con la llegada a saco de la crisis, la cola estaba repartida entre españoles y foráneos. Yo, día a día, no cesaba de repetirme una y otra vez: qué suerte has tenido Juan, qué suerte has tenido!"

Y pronto me dí cuenta que veía a las mismas personas, a la misma hora y en los mismos sitios.

Veía a Baldomero, "el abuelo encorvado solitario" que desde que abrían la cafetería de la esquina allí estaba para echar una mano a las camareras a cambio de un café y compañía.

No faltaba "el camisas", un joven papá que siempre va en mangas de camisa y con el botón de arriba del cuello siempre cerrado, compraba el pan y volvía a su casa.

Así que iba oyendo mi radio y pensando que al doblar tal esquina aparecerá "el barrendero florista" que lleva un manojo de flores de plástico en su carro a modo de adorno. Y efectivamente, allí estaba dándole a la escoba.

Veía entrar a la Iglesia de Jesuitas a "los beatos matutinos", siempre las mismas pocas personas de entre las que destaco "al funerario". Éste es un personaje singular anclado en el tiempo. Hubo en la Carrera una conocida tienda de ropa y éste era el decorador de los escaparates. Desde hace treintaintos años lleva la misma ropa de principios de los setenta con pantalones acampanados. Su aspecto es siniestro y descuidado. Y en invierno lleva un simple impermeable y una bufanda, sin abrigo. Los dientes sin arreglar, mal vestido, pero eso sí, de misa diaria.

Al llegar a la altura de unas máquinas de vending de chucherías de vez en cuando veía al "abuelete mangante" con su alambre en la mano introduciéndolo en cada una de las máquinas, pero lo hacía por la ranura de las monedas. Quizás conocía un sistema para sacarlas. Yo aflojaba la marcha y me detenía tras unos contenedores de basura para espiarle.

Después me cruzaba con el "cabeza cuadrada pista de aterrizaje de mosquitos". Lo siento por el nombre tan largo que le puse, pero me salió así. Éste es un señor para nada mayor, prematuro calvo, cuya cabeza tiene forma cuadrada y está lisa como una sandía. Lleva a su perro atado y siempre recoge las cacas. Su aspecto es serio.

Veía a los mismos jóvenes con sus pesadas mochilas acercarse a las paradas del autobús que les iba a conducir a la ETI. Caminaban como zombies, no sé si absortos en sus pensamientos o dormidos aún. Como si fueran sin ganas, vamos, como si fuera una obligación ineludible. No iban muy alegres que digamos. Ellas, más dicharacheras manteniendo ya largas conversaciones. Ellos callados como tumbas. Alguna, hasta hablando por el móvil quizás con su chico al que no veía desde hacía escasas horas. Todo ésto sobre las 7:20 horas.

Lo que más me gustaba era salir de la ciudad. Cuando iba ya a la altura del parque de la Virgen de la Cabeza, camino de la Cuesta de los Labradores, sentía como Tudela se quedaba atrás conforme iban desapareciendo las casas.

¡La bajada hacia la Ermita del Cristo me satisface! La visión es para retener. A lo lejos, La Bardena, la Sierra del Yugo, la Prebardena con la carretera de Ejea, Serralta con los molinos de viento, el río Ebro con toda su majestuosidad, Traslapuente y como no, ¡La Mejana a tus pies! Esa extensa isla plagada de huertos y casetas de descanso cuyo circuito junto al Ebro iba a ser mi cometido.





La vista desde lo alto de esta cuesta es preciosa. Por un lado se ve el sol ya saliendo y a días se ve el aspecto brumoso, con neblinas producidas por el río Ebro y cubriéndolo casi todo, dando al paisaje un aspecto encantador y mágico y que solo se puede ver a esas horas. ¡Me siento un privilegiado!











Paso por delante de la Ermita del Cristo. Todo está en silencio. Los grandes pinos guardianes del lugar se alzan hacia el cielo por encima de las vías del tren, queriendo ver La Mejana y el Ebro. Los jardines bien cuidados por "el cristero" duermen a sus pies. Abandono el lugar y enfilo la carretera asfaltada que me conducirá a La Obra, que con buena mano y mejor cabeza dirige nuestro querido Sergio Gil, tratando de sacar partido a un puñado de jóvenes la mayoría inmigrantes para que aprendan un oficio.

Al traspasar la puerta que da a La Obra, me giro a la derecha solo para saludar a los gaticos que por allí viven tras la caseta de bombas. Cuando eran pequeñicos, un coche atropelló a su madre y los que nos dimos cuenta del hecho enseguida empezamos a llevarles leche, galletas, y cualquier otro alimento. La gente sin hablar unos con otros hicimos todos lo mismo, pues siempre tenían comida. Así pudieron salir adelante y hoy día ya están grandes y se valen por si mismos. Me da pena uno de ellos que está tuerto. Tiene un ojo vaciado, no se si de peleas o de las zarzas por donde se meten.





Sigo andando por el asfalto hacia la curva que me lleva a emparejarme con el Ebro. Voy viendo los huertos cuidados con esmero, las casetas que poco a poco se van haciendo las gentes y como luce el césped que siembran algunos para que disfruten los más pequeños. Las chimeneas no faltan en ninguna caseta, pues son vitales para las celebraciones familiares y no digamos para el Día del Ángel.





También me gusta ver las pocas casetas antiguas que quedan. Ésta es del año 1.880, casi nada. Ampliando la foto se aprecia encima de la ventana.
















En un momento dado, si miro a la derecha hacia la Cuesta de los Labradores y entre los dos montes que la ven nacer, hace su aparición el Moncayo con su brillante capa blanca, no queriendo faltar a la composición de este bonito amanecer. Ebro a mi izquierda, Mejana y Moncayo a mi derecha, Puente y Tudela al frente, todo lo veo a la vez.



Pero lo que más me gusta es cuando el camino y el río se juntan. Los poquicos árboles que me acompañan hacen el paseo más bonito y agradable. El agua baja a buen paso, siempre haciendo su trabajo y encaminándose hacia el mismo sitio. Enfrente, en la otra orilla, se ven los pequeños prados verdes con sus arboledas que acogerán como cada año a las jóvenes cuadrillas que allí comerán el Domingo de Resurreción.



Más cerca de Tudela crecen unos álamos blancos junto al río haciendo que la vista sea un deleite. Tras las largas ramas llenas de "brotes verdes" se vislumbran los asimétricos ojos del puente. Poderoso puente que clavando sus pies en el Ebro acerca a las gentes a la ciudad. Siempre que entro por el puente a Tudela me digo lo mismo "¡qué visión mas bella gozaron las gentes de hace mil años!" El puente con tres torreones defensivos dejaba ver la joya arquitectónica románica de la Magdalena, tras ella la gigantesca catedral con sus torres y ya enfrente, más arriba a la derecha la imponente fortaleza rodeada de sus tres cinturones amurallados.


La combinación de todos estos elementos hacían de Tudela una belleza sin par, ya que sin el río más caudaloso de España y su puente, no lucirían igual los monumentos descritos.



Conforme me acerco a la Puerta de la Mejana, veo a mi derecha el cerro de Santa Bárbara con la imagen del Corazón de Jesús. Veo la Iglesia románica de la Magdalena y tras ella la imponente Catedral y de frente a lo lejos dejándose ver: la Torre Moreal.





Si me da por acercarme al Paseo del Prado, veo siempre a las mismas personas, verano e invierno sin fallar. En invierno vamos tan tapados que solo se nos ve los ojos, pero eso sí, no falta el correspondiente cruce de saludos.
















Hay siempre una gran perra que se alegra de verme y le encanta mordisquearme unos guantes de piel viejos que llevo, mientras tanto yo le acaricio la cabeza. Tiene que llamarla su dueña "la del gimnasio" en la distancia para que me deje. La llamo así porque luego a las 9 cuando voy a trabajar me la encuentro esperando que abran el gimnasio cerca de mi casa y la vuelvo a saludar.


"El de Osasuna" siempre me lo cruzo. Va vestido de arriba abajo con el equipo de Osasuna. ¡Hasta la gorra de invierno lleva le escudo! Es bastante alto. Éste es mas sosete pues solo levanta la cabeza a modo de saludo sin decir ni pío. Yo le contesto igual.


Si cambio la ruta y voy por el Barrio de Lourdes, suelo ver otro tipo de gente. Veo hombres y mujeres, algunos de raza negra encaminarse a sus trabajos todos los días a la misma hora. Veo salir a sudamericanos de sus casas con bebés en silletas, supongo que los llevarán a otras casas a que se los cuiden para que ellas puedan trabajar. Siempre pienso en las historias que acarrean cada uno de ellos y las familias que han dejado allá en sus lejanos países. Pero seguro que son conscientes que en esta tierra van a conseguir mejorar sus vidas.


En una cafetería de la esquina de la calle Santa Ana están siempre las mismas personas a la misma hora y en los mismos lugares sentados. Me encanta verlos todas las mañanas, no me lo pierdo. Y si algún día falta alguno, yo mismo me doy la explicación posible del porqué puede haber faltado. Y allí están, algunos de tertulia y otros leyendo el periódico mientras saborean un café que por supuesto les sabe mejor que en sus casas. A las 7:15 ya están allí hasta las 8 que entran a trabajar.


Yendo hacia el puente de la Azucarera junto a San Rafael, me cruzo siempre con "la bolsicas", la llamo así porque siempre lleva una o dos bolsas pequeñas de esas de regalos que dan en las tiendas buenas, con dos asas como de cuerda y que son brillantes y llevan la propaganda de la tienda.

Va a trabajar y seguro que lleva su almuerzo. Con rostro serio, consciente del sacrificio de dejar unos hijos en casa, para ganar un sueldo.


Cuando llego a mi portal, observo que la cola del paro, a falta de media hora para abrir la oficina, llega ya a mi casa, serán unos 20 ó 30 metros de personas tristes con todo perdido, sin ilusión alguna y sin saber cuando van a salir a flote y encontrar empleo. Aunque se llama Oficina de Empleo y alguien prometió imprudentemente para que le votaran, que les iba a conseguir el pleno empleo y vaciar estas oficinas, no resultó ser así y esta gran mentira de apetito insaciable abre sus fauces todas las mañanas y engulle la gran cola humana de gentes con las ilusiones perdidas que se forma un día y otro y otro y otro.........


Y me vuelvo a repetir otra vez "qué suerte has tenido Juan, qué suerte has tenido".



martes, 2 de marzo de 2010

INFORME ROBINSON: RESCATE DE IÑAKI OCHOA DE OLZA Y COMO GUARDIOLA MOTIVA UNA VEZ MÁS A SUS JUGADORES

Gracias a una iniciativa del genial entrenador del F. C. Barcelona, Pep Guardiola, en combinación con los familiares del fallecido alpinista navarro Iñaki Ochoa de Olza, vuelve a cobrar relevancia lo que fueron los últimos días de este gran montañero.

Guardiola, al frente de un grupo de jóvenes a los que la vida ha dado "de todo" y que ya han alcanzado "la cima" de sus vidas deportivas, queriendo estimular aún más a los suyos para logros superiores, tuvo una genial idea de motivación.

Si antes de la final de la Champions 2009 en Roma, Pep Guardiola pasó en el vestuario del Estadio Olímpico el ya célebre vídeo mezclando imágenes del film "Gladiator" y momentos épicos de sus propios jugadores, ahora en los prolegómenos del partido del sábado en el Camp Nou el técnico azulgrana repitió estrategia. Minutos antes del Barça-Málaga, Guardiola, en la intimidad del vestuario, puso el 'play' en marcha. ¿Qué les pudo dar para llegar esta vez a sus futbolistas? ¿Qué fibra sensible tocó? ¿Qué historia podía ir más lejos?



La encontró no en la ficción, sino en la vida real, trágicamente real. Fue a través del extraordinario documental de 'Informe Robinson' que se emitió recientemente en Canal Plus acerca de la epopeya que sufrieron 15 expertos alpinistas para intentar un imposible: el rescate del alpinista navarro Iñaki Ochoa de Olza que se dejó la vida en el Annapurna en mayo de 2008 tras permanecer cinco noches a 7.400 metros de altitud afectado por una lesión cerebral complicada por otra pulmonar.

El pasado 18 de febrero, tres hermanos del fallecido Iñaki -Guillermo, Daniel y Pablo- estuvieron en la Ciutat Esportiva del FC Barcelona y durante casi una hora hablaron con Guardiola. Impresionado por el relato, el técnico les avanzó que quizás emplearía este documental para hacerles llegar a sus futbolistas todos los valores humanos que desprendía. Guardiola decidió que el sábado era el día idóneo para poner el vídeo a sus jugadores.





"No pudo ir mejor, en casa seguimos el partido por televisión y desde el año pasado no veíamos a un Barça jugar así", dijo uno de los hermanos Ochoa, Pablo. "Esfuerzo, solidaridad, meta común, equipo, compañerismo, todo ello en situación límite", es el resumen que hizo el hermano de Iñaki "del montón de valores" que apreció en la historia Guardiola. Lo que más llamó la atención a los Ochoa es que fue el entrenador quien puso todo el interés "para ayudarnos en todo" en las iniciativas de la Fundación SOS Himalaya, que 'in memoriam' de Iñaki se moviliza por levantar un orfanato en Katmandú. Por si acaso, los Ochoa, navarros de tronío, dejan claro algo. "En casa queremos que gane el Barça siempre... menos cuando juega contra Osasuna"

El citado Informe Robinson consta de estos 3 vídeos de unos 7 minutos cada uno, van seguidos por orden. La garganta se te hace un nudo. Te quedas sin palabras.

http://www.youtube.com/watch?v=dfi07sqBg28&feature=player_embedded

http://www.youtube.com/watch?v=llbqNHBN7Q0&feature=player_embedded

http://www.youtube.com/watch?v=2qdLnmMmY0U&feature=player_embedded


IÑAKI OCHOA DE OLZA, IN MEMORIAM.

Última crónica de Iñaki Ochoa de Olza desde el Annapurna
Esta crónica fue publicada por el montañero pamplonés el pasado jueves 15 de mayo .


MI LUCHA
Que no se asuste nadie; no me he vuelto loco del todo, ni estoy peleado con el mundo, ni tampoco me he asociado con lo más granado del nacionalsocialismo. Nada de eso parece haber sucedido, por fortuna. La lucha de la que hablo hoy, mi desesperado anhelo por pisar la cima del Annapurna, es pacífica y espero que noble, apasionada y también quizás algo rebelde, aunque jamás a cualquier precio. La lid a la que me refiero hace que llevemos casi 30 años preparándonos para cuatro días de escalada, muchos meses de entrenamientos específicos con la mente puesta sólo en una cosa, y también ya más de 70 días en Nepal La espera de las condiciones adecuadas está siendo tensa y larga, pero se supone que el objetivo, de primera categoría, así lo merece. Aunque no hagan mucho caso cuando lean por ahí que pensamos atacar la cima, ya que aquella no nos ha hacho nada, ni tampoco es nuestra intención conquistarla; a lo sumo podremos convivir en paz durante unos cortos minutos, y después continuar nuestro camino agradecidos.
La lluvia golpea con intermitente suavidad la tienda del campo base mientras escribo, ahora en mayo ya sólo nieva durante la noche. Pienso en los días pasados en la montaña últimamente, en medio de la tensión propia de la escalada más difícil de mi vida y rodeados de dificultades en las relaciones personales. Grietas, avalanchas, tormentas, broncas con algún compañero… no se puede decir que nuestras vidas sean anodinas. Alguien definió con acierto al Annapurna como la personificación geológica de la angustia. Yo añadiría sin dudarlo el desamparo y la amarga sensación de ser el último habitante de este planeta. Cuando te plantas debajo, descubres que da igual que pises la cima o que no lo hagas, nada va a cambiar en ambos casos. Esa cima que centellea con rabia sólo mide con exactitud nuestra propia vanidad, nuestra impermanencia irremediable. A veces me gustaría ser libre de mis propios deseos, como un budista cualquiera, y ser feliz sólo contemplando la belleza de lo que me rodea, sin necesidad de escalarla. Pero esta una montaña fantástica, y yo un hambre débil, y el deseo ha crecido tanto que ya es difícilmente controlable sin amenazas. Esperamos ansiosos el OK por parte de los meteorólogos suizos que, vil metal mediante (son suizos pero no idiotas), nos ayudan con sus previsiones.
Decían los guerreros japoneses, samurai, que la mayor victoria es vencer sin pelear. No sé si aquí podrá ser así. Por ejemplo, nuestros cuatro compañeros rusos, que han peleado como jabatos y vuelven sin la cima, ¿derrotados? Doce días han transcurrido desde su salida del campo base y su regreso, y cada uno de ellos parece una persona diferente, consumidos hasta el alma. Se van ya para casa, tristes, pero en sus ojos puedo adivinar un brillo que los míos todavía no tienen, pero espero que pronto posean. Será sólo después de la lucha.
Hoy no puedo terminar sin mandar mis mejores deseos a Mikel Bidaurre y a su padre, mi amigo Aurelio, que se hallan ahora ante una montaña mucho más difícil que cualquier Annapurna. Sabéis que podéis contar con mi cariño, admiración y lo que sea que yo pueda hacer por vosotros. Los seminómadas tibetanos, cuando en su sempiterno caminar alcanzan una cima o cruzan algún alto collado, gritan al viento “Lho Gyelo” (Los Dioses han vencido). Vuestra lucha no ha hecho más que comenzar, pero estoy seguro de que vosotros también venceréis. Ánimo y coraje desde nuestro Santuario.
Iñaki Ochoa de Olza.



Su cuerpo se encuentra en dicha montaña a 7.400 metros de altura por expreso deseo de su familia tras su fallecimiento.