
Guardiola, al frente de un grupo de jóvenes a los que la vida ha dado "de todo" y que ya han alcanzado "la cima" de sus vidas deportivas, querie

Si antes de la final de la Champions 2009 en Roma, Pep Guardiola pasó en el vestuario del Estadio Olímpico el ya célebre vídeo mezclando imágenes del film "Gladiator" y momentos épicos de sus propios jugadores, ahora en los prolegómenos del partido del sábado en el Camp Nou el técnico azulgrana repitió estrategia. Minutos antes del Barça-Málaga, Guardiola, en la intimidad del vestuario, puso el 'play' en marcha. ¿Qué les pudo dar para llegar esta vez a sus futbolistas? ¿Qué fibra sensible tocó? ¿Qué historia podía ir más lejos?

El pasado 18 de febrero, tres hermanos del fallecido Iñaki -Guillermo, Daniel y Pablo- estuvieron en

"No pudo ir mejor, en casa seguimos el partido por televisión y desde el año pasado no veíamos a un Barça jugar así", dijo uno de los hermanos Ochoa, Pablo. "Esfuerzo, solidaridad, meta común, equipo, compañerismo, todo ello en situación límite", es el resumen que hizo el hermano de Iñaki "del montón de valores" que apreció en la historia Guardiola. Lo que más llamó la atención a los Ochoa es que fue el entrenador quien puso todo el interés "para ayudarnos en todo" en las iniciativas de la Fundación SOS Himalaya, que 'in memoriam' de Iñaki se moviliza por levantar un orfanato en Katmandú. Por si acaso, los Ochoa, navarros de tronío, dejan claro algo. "En casa queremos que gane el Barça siempre... menos cuando juega contra Osasuna"
El citado Informe Robinson consta de estos 3 vídeos de unos 7 minutos cada uno, van seguidos por orden. La garganta se te hace un nudo. Te quedas sin palabras.
http://www.youtube.com/watch?v=dfi07sqBg28&feature=player_embedded
http://www.youtube.com/watch?v=llbqNHBN7Q0&feature=player_embedded
http://www.youtube.com/watch?v=2qdLnmMmY0U&feature=player_embedded

IÑAKI OCHOA DE OLZA, IN MEMORIAM.
Última crónica de Iñaki Ochoa de Olza desde el Annapurna
Esta crónica fue publicada por el montañero pamplonés el pasado jueves 15 de mayo .
MI LUCHA
Que no se asuste nadie; no me he vuelto loco del todo, ni estoy peleado con el mundo, ni tampoco me he asociado con lo más granado del nacionalsocialismo. Nada de eso parece haber sucedido, por fortuna. La lucha de la que hablo hoy, mi desesperado anhelo por pisar la cima del Annapurna, es pacífica y espero que noble, apasionada y también quizás algo rebelde, aunque jamás a cualquier precio. La lid a la que me refiero hace que llevemos casi 30 años preparándonos para cuatro d


La lluvia golpea con intermitente suavidad la tienda del campo base mientras escribo, ahora en mayo ya sólo nieva durante la noche. Pienso en los días pasados en la montaña últimamente, en medio de la tensión propia de la escalada más difícil de mi vida y rodeados de dificultades en las relaciones personales. Grietas, avalanchas, tormentas, broncas con algún compañero… no se puede decir que nuestras vidas sean anodinas. Alguien definió con acierto al Annapurna como la personificación geológica de la angustia. Yo añadiría sin dudarlo el desamparo y la amarga sensación de ser el último habitante de este planeta. Cuando te plantas debajo, descubres que da igual que pises la cima o que no lo hagas, nada va a cambiar en ambos casos. Esa cima que centellea con rabia sólo mide con exactitud nuestra propia vanidad, nuestra impermanencia irremediable. A veces me gustaría ser libre de mis propios deseos, como un budista cualquiera, y ser feliz sólo contemplando la belleza de lo que me rodea, sin necesidad de escalarla. Pero esta una montaña fantástica, y yo un hambre débil, y el deseo ha crecido tanto que ya es difícilmente controlable sin amenazas. Esperamos ansiosos el OK por parte de los meteorólogos suizos que, vil metal mediante (son suizos pero no idiotas), nos ayudan con sus previsiones.
Decían los guerreros japoneses, samurai, que la mayor victoria es vencer sin pelear. No sé si aquí podrá ser así. Por ejemplo, nuestros cuatro compañeros rusos, que han peleado como jabatos y vuelven sin la cima, ¿derrotados? Doce días han transcurrido desde su salida del campo base

Hoy no puedo terminar sin mandar mis mejores deseos a Mikel Bidaurre y a su padre, mi amigo Aurelio, que se hallan ahora ante una montaña mucho más difícil que cualquier Annapurna. Sabéis que podéis contar con mi cariño, admiración y lo que sea que yo pueda hacer por vosotros. Los seminómadas tibetanos, cuando en su sempiterno caminar alcanzan una cima o cruzan algún alto collado, gritan al viento “Lho Gyelo” (Los Dioses han vencido). Vuestra lucha no ha hecho más que comenzar, pero estoy seguro de que vosotros también venceréis. Ánimo y coraje desde nuestro Santuario.
Iñaki Ochoa de Olza.
Su cuerpo se encuentra en dicha montaña a 7.400 metros de altura por expreso deseo de su familia tras su fallecimiento.
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